Si voy por la calle, y coinciden dos determinados fenómenos aprovecho siempre la ecuación resultante.
Los fenómenos son los siguientes:
- Me estoy cagando (cagando de tirarme pedos cual Mike The Knife por toda la avenida.)
- Pasa un taxi con la luz verde.
Si acaecen simultáneamente como digo, no dudo en alzar la mano y asomar el jeto por la calzada.
Me acomodo en el asiento trasero y mientras desembarco un cuesco sordo y pesado indico “todo recto ya le avisaré”.
A la tercera travesía espeto “pare aquí mismo, dígame cuánto le debo”.
Siempre es menos de 3 euros, y concluyo con una sonrisa cordial justo antes de cerrar la puerta:
“Quédese con el cambio.”
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