viernes, 29 de febrero de 2008

Cuento empático

La dulce ardillita Plumkykyplún llegaba tarde a la Fiesta del Jugo de las Bayas, que además coincidía con su aniversario. Así que se apresuró sin cejar en su tonadilla que alegraba a los animalitos de las veredas del camino.

La ardillita llevaba en su canasto moras, arándanos y semillitas de todos los colores para compartir con el osito Julián y con Sámbalo el mapache, y Doroti la zarigüella, y los hermanitos armadillo Plimbo, Fuchipichú y Rafa, y con toodos sus buenos amigos.
Plumkykyplún además de por sus tonadillas y carácter jovial, era conocida en todo el bosque por su natural generoso.

El día le correspondió en fecha tan señalada y no podía ser más cortés en sus formas. Dispuso un sol brillante y un cielo de un azul límpido, además de una brisa de lenta mecedora que dilataba el tiempo alegre a su soplar.

Un águila real cayó en un picado vertiginoso sobre Plumkykyplún y de un certero picotazo le arrancó el ojo derecho.


10 comentarios:

BorjaMari dijo...

Veo que el águila es el único personaje sin nombre y, como es el elemento perturbador entre tanta bondad, podría llegar a decirse que es el malo de la película.

Entonces, la moraleja sería que la maldad no tiene nombre?

El Samurái Entiende dijo...

Borjita:

Sí tiene. Se llama Lola.
Pero he estimado que citarlo le quitaba dramatismo y empatía al "cuento empático".

Y el mal claro que tiene nombre. Pero muy pocos lo conocemos, y no nos está permitido nombrarlo, ni tan sólo escribirlo.

Anónimo dijo...

El águila pudo ser enviada por la organizadora de la Fiesta del Jugo de las Bayas, cuyo nombre de pila se desconoce pero que se apellidaría Gomez (al igual que el águila y que los tres armadillos)
Sospechoso, no?

Asterion dijo...

Supongo que Plumkykyplún habrá dicho: "bueno... más se perdió en la guerra" y continuó alegrando a sus amigos.

El Samurái Entiende dijo...

Metal Pastoriza:
Quizá sepa usted más de lo que le convendría a su integridad.

Asterion:
El cuento continúa justo así.
Y también con el águila Lola llevando el ojo a un niño pobre para que vendiéndolo pudiera sacar a su familia de la necesidad.
Y volviendo acto seguido a reencontrarse con Plumkykyplún.

Anónimo dijo...

Usted me está amenazando?

El Samurái Entiende dijo...

Metal Pastoriza:

Dios me libre! Como ser humano sería incapaz de tamaña osadía.

Pero como miembro fundador y tesorero de la OFJB.. bueno.. tan sólo le aconsejaría que comediera sus manifestaciones.

Raquel dijo...

Vamos que la aridillita se ha hecho de izquierdas por culpa del águila, no???

Unknown dijo...

¡Qué gran concepto, la empatía!

Fíjese usted señor entiende que creo que creo que tengo el nombre del mal. Empieza por P, ¿no?

El Samurái Entiende dijo...

Raquel:
Se trata de un cuento sin ningún transfondo político.
Es meramente sexual.

Albatros:
Que digo que no tiene que ver con política.

El Samurai Entiende:
Ah no coño, que este soy yo.