miércoles, 6 de febrero de 2008

orgullo de 1 a 9


El 25 de noviembre de 1970, Yukio Mishima y cuatro miembros de la Tatenokai visitaron con un pretexto al comandante del Campamento Ichigaya, el cuartel general de Tokio del Comando Oriental de las Fuerzas de Autodefensa de Japón.

Una vez dentro, procedieron a cercar con barricadas el despacho y ataron al comandante a su silla.

Con un manifiesto preparado y pancartas que enumeraban sus peticiones, Mishima salió al balcón para dirigirse a los soldados reunidos abajo. Su discurso pretendía inspirarlos para que se alzaran, dieran un golpe de estado y devolvieran al Emperador a su legítimo lugar.

Solo consiguió molestarlos y que le abuchearan y se mofaran de él.


- Aún somos samuráis!! Y el orgullo...

- Cómeme el bollullo!

- Ehemm.. Pero necesitamos al Emperador! Vivimos una tiranía..

- A cagar a la vía!!


Mishima cerró la puerta del balcón terriblemente consternado y se dirigió con voz triste y decidida a Masakatsu Morita.

- Es demasiado el deshonor.. Dame mis cosas fiel amigo y déjame aquí, en soledad. He de hacer suddoku.

Su compañero de armas y antiguo amante conteniendo con bravura samurái las lágrimas contestó apesadumbrado:

- En.. un momento como éste lamento tener q corregirle señor.. pero es “sepukku”.

- Morita Morita. Es “suddoku”.



3 comentarios:

Laviga dijo...

Mishima hizo muy bien en suicidarse.
Alguien tenía que castigar la estupidez de Morita.

irene dijo...

pues fijate q no me entero.....pero quizas me perdi algo...te escribi en el otro post pensando q eras tu...
un beso

El Samurái Entiende dijo...

Irene, algo te has perdido. Pero como todos.

Laviga mía, qué razón guardan sus palabras.
Les pasa como a las mías. Que no la enseñan con facilidad.